Sin embargo, como buena alemana, no le gusta mucho que le toquen y ha confesado que no soporta las palmaditas en la espalda o los brazos rodeándole el cuello. Es más, Merkel considera que estas muestras de cariño son una falta de educación.
A pesar de estas sorprendentes declaraciones, son muchos los que afirman que no se trata de nada personal, sino de una cuestión cultural. Angela Merkel es alemana y, además, protestante, lo que significa que está acostumbrada a mantener las distancia y la austeridad con las personas.
Por el contrario, Nicolás Sarkozy, quien ya dio muestras de lo cariñoso que es con su mujer Carla Bruni, es del mediterráneo, donde la gente es mucho más cercana. Los alemanes prefieren darse la mano y, los franceses, los besos.
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