martes, 28 de octubre de 2008

El precio de la crisis: US$2,8 billones

Las instituciones financieras mundiales han perdido alrededor de US$2,8 billones a consecuencia de la crisis crediticia global, según cálculos del Banco de Inglaterra.

Esta estimación dobla el cómputo realizado en mayo pasado por el banco emisor del Reino Unido.

Ante la gravedad de la actual crisis, la institución británica apuesta por un reforma drástica del sistema bancario mundial para evitar que se repita en un futuro.

En su Informe de Estabilidad Financiera, el Banco de Inglaterra señala además que la suma gastada por los bancos centrales y los gobiernos para rescatar a las instituciones financieras afectadas por la crisis asciende a más de US$7,7 billones.

Controles más estrictos

¿A qué equivalen US$2,8 billones?
Con estas cifras astronómicas, es difícil entender el coste de real de la crisis financiera mundial para los gobiernos y, en definitiva, para el bolsillo de los contribuyentes. Para que se hagan una idea, con US$2,8 millones de millones podría...
En Argentina podrían comprar más de 1,025 billones de latas de refresco de cola, lo que equivaldría a más de 25.700 bebidas para cada habitante del país.
Podría pagarse cuatro veces el plan de rescate aprobado a principios de octubre por el Congreso de Estados Unidos y que está valorado en US$700.000 millones.
Esta cifra equivale también a multiplicar por 46 la fortuna del mexicano Carlos Slim, considerado por algunas publicaciones como el hombre más rico del mundo y cuyos bienes, según la revista Fortune, ascendían en 2007 a US$60.000 millones.
En México podrían comprar más de 329.000 millones de kilos de tortilla, el equivalente a más de 3.100 kilos por habitante.

Le dejamos que haga sus propios cálculos...

El Banco de Inglaterra también advierte que las entidades británicas pueden enfrentarse a medidas de control más estrictas para evitar que se repita una crisis crediticia como la actual y afirma que "hay que replantearse seriamente cómo protegerse ante riesgos sistémicos".

Ello, según el vicegobernador del la institución, John Gieve, se conseguiría mediante un incremento de los requerimientos de capital y liquidez a las instituciones.

"Necesitamos establecer limitaciones más fuertes en el aumento de riesgos en el sistema financiero por los peligros que entrañan para la economía en general", señaló Gieve.

Entre las medidas que apunta el informe se encuentra un "ratio de apalancamiento" que vuelva a poner el crecimiento en las cuentas de resultados de los bancos al nivel de su capital.

Otra de las sugerencias es el "aprovisionamiento dinámico" que animaría a los bancos a fortalecer sus reservas o a contratar seguros para evitar en el futuro tener que buscar inyecciones de capital.

El informe señala que los bancos deben fortalecer sus finanzas incrementando los depósitos de sus clientes, conservando los activos que son fáciles de vender y reduciendo su dependencia de los mercados de dinero al por mayor.

"Más aburrimiento"

La pasada semana el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, afirmó que el sistema bancario británico no había estado tan cerca del colapso desde el inicio de la Primera Guerra Mundial.

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King
King afirmó que "un poco más de aburrimiento" no sería negativo para la industria bancaria.

También dijo que "un poco más de aburrimiento" no sería negativo para la industria bancaria.

En su informe bianual, el Banco de Inglaterra advirtió que 1,2 millones de propietarios de viviendas en el Reino Unido se enfrentan a que sus casas valgan menos que el crédito hipotecario suscrito para comprarlas, en caso de que el precio de las mismas continúe bajando al ritmo actual.

Según el corresponsal de la BBC, Nils Blythe, la institución emisora cree que es necesario un nuevo sistema de regulación financiera mundial para asegurar que durante periodos de fuerte crecimiento los bancos guarden capital para cuando se produzcan pérdidas durante una crisis.

Este martes, la Reserva Federal estadounidense inicia una reunión de dos días para decidir si recortan de nuevo las tasas de interés.

Los analistas esperan que la reducción sea de entre el 1% y un 1,5%, lo que situaría las tasas a su nivel más bajo desde 2001. Esta decisión podría hacer que los bancos centrales europeos también decidieran rebajar el precio del dinero.

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