miércoles, 18 de febrero de 2009

Trump, en bancarrota quiebra absoluta

Donald Trump.|AFP Ningún sector económico de los EEUU es inmune a la crisis. Tampoco el del juego, como lo demuestra el hecho de que tres conocidos casinos situados en Atlantic City (Nueva Jersey), se declararan ayer en bancarrota por tercera vez en su historia. "No nos quedaba otra opción", ha declarado Mark Juliano, su director ejecutivo.

Los casinos, que forman la compañía Trump Entertainment Resorts, habían pertenecido al multimillonario Donald Trump, y continúa siendo uno sus principales accionistas.

Hace tan sólo cuatro años el extravagante magnate anunció que dejaba de formar parte de su consejo de administración. La razón del abandono fue su frustración por el hecho de que la mayoría del consejo de administración no aceptara su oferta de compra de la empresa.

"Aparte del hecho de que la compañía lleva mi nombre -lo que no me hace ninguna ilusión- no tengo nada que ver con ella", declaró Trump ayer, poco después de conocerse la noticia.

Sin embargo, el magnate sí se declaró triste del fracaso de un proyecto muy asociado a su nombre e imagen, pero que ahora sólo representa "un 1% de sus ingresos". "Si no puede dirigir algo, no está hecho para mí", aseguró.

Algunos expertos han señalado que la salida de Trump del consejo de administración de la empresa puede haber sido una simple estrategia de negociación con el resto de acciones, o quizás simplemente un intento de salir del barco antes de que se hunda del todo.

De acuerdo con la legislación de Estados Unidos, cuando una empresa se declara en quiebra se puede acogerse al llamado capítulo 11, que bajo supervisión judicial le permite continuar operando y renegociar algunas de sus deudas y condiciones laborales de sus trabajadores como parte de un plan de viabilidad.

Trump Entertainment Resorts no es la primera compañía conocida que se adhiere por tercera vez el capítulo 11, sino que la han precedido otras grandes empresas, entre ellas una aerolínea, y una cadena de supermercados.

De acuerdo con la documentación presentada ante el tribunal, la compañía tiene unas deudas de 1.740 millones de dólares (casi 1.400 millones de euros), y unos activos de 2.060 millones de dólares (unos 1.650 millones de euros).

Como parte del plan de reestructuración, se está planeando vender uno de los tres casinos, el Trump Marina Hotel Casino. Sin embargo, de momento, se mantendrán las puertas abierta y no se despedirá a ningún trabajador. "Esto es una reestructuración, no una liquidación", ha declarado el director ejecutivo de la empresa.

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