miércoles, 17 de diciembre de 2008

En Argentina Pista libre para expropiar aerolínea


Avión de Aerolineas Argentinas despegando en Buenos Aires
Argentina compraría su compañía aérea bandera por tres dólares, dos más de lo que pagó Marsans.

El Senado de Argentina convirtió este miércoles en ley la expropiación de Aerolíneas Argentinas, la compañía aérea de bandera que se encuentra en una situación financiera y operativa crítica. La reestatización de la empresa, cuyo accionista mayoritario es el grupo español de turismo Marsans, ya había sido avalada por el Congreso en septiembre. Sin embargo, diferencias entre las partes sobre el valor de compra de Aerolíneas y su subsidiaria Austral, que opera vuelos domésticos, llevaron al gobierno de la presidenta Cristina Fernández a pensar en la confiscación. Para Argentina, la firma tiene un valor negativo de US$832 millones, mientras que para Marsans cuesta unos US$400 millones. La norma que admite la expropiación de la compañía aérea había sido aprobada por la Cámara de Diputados a principios de diciembre. Ahora se espera que Fernández la promulgue para avanzar en la confiscación.

Por "un peso"

La ley declara a Aerolíneas de "utilidad pública", lo que otorga al Estado la facultad de apropiarse de ella realizando el pago simbólico de "un peso" (US$0,29) a Marsans. Sin embargo, el grupo español advirtió que, de llevarse a cabo la expropiación, podría demandar a Argentina ante el tribunal arbitral del Banco Mundial y ante juzgados locales.

Historia de un descenso
Modelo de avión de Aerolineas Argentinas
1950: El presidente Juan Domingo Perón funda Aerolíneas Argentinas, que llega a ser una de las mayores compañías aéreas del mundo
1991: Iberia compra la empresa por US$560 millones
2001: La adquiere el grupo Marsans al valor simbólico de US$1 (el Estado español aporta US$750 millones)
Hoy: La Justicia argentina investiga el presunto vaciamiento de la aerolínea desde su privatización

La norma también estipula que el Estado sólo se hará cargo de la "deuda legítima" de Aerolíneas Argentinas, es decir, unos US$500 millones de un total de US$890 millones.

Asimismo, garantiza la continuidad de las operaciones y de los puestos de trabajo, y obliga a la nueva administración a presentar un plan de negocios en un plazo de seis meses.

La presidenta Fernández se propuso nacionalizar -y ahora expropiar- Aerolíneas para sanearla.

Esta compañía, junto con Austral, controla el 80% del mercado nacional. Tiene una planta de 9.000 empleados y una flota que, en gran medida, no está en condiciones de volar. El retraso de los servicios o su incumplimiento suelen motivar frecuentes quejas de los pasajeros.

¿Consecuencias?

Según los analistas, la expropiación de Aerolíneas Argentinas se inscribe en un plan gubernamental de fortalecimiento del Estado como regulador y administrador, que recientemente incluyó la estatización de los fondos privados de pensiones.

Se trata de una política parecida a la que han encarado Venezuela y Bolivia para revertir reformas neoliberales aplicadas en décadas pasadas.

Con todo, los observadores se preguntan si la toma de control de Aerolíneas Argentinas se ha planteado en un momento oportuno y puede terminar perjudicando al país.

Es que Argentina sufre los coletazos de la crisis financiera internacional y la confiscación de la empresa podría aumentar la desconfianza en su economía, especialmente entre los inversores internos y externos, siempre celosos del respeto al derecho de propiedad.

Asimismo, la expropiación podría causar nuevos roces con España, que se ha quejado de la forma en que el gobierno de Fernández ha manejado la nacionalización de la línea aérea.

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