El gobierno ha pronosticado "crecimiento cero" para el año próximo. |
La baja del 8% en noviembre con respecto al mes anterior se debe principalmente a que las empresas han recortado su nivel de actividad en respuesta a la deprimida demanda en los mercados internacionales.
Un alza del desempleo y los temores de una vuelta a la deflación se suman al derrumbe récord de la producción industrial.
Más de 2,5 millones de personas se hallaban sin trabajo en Japón al recogerse las estadísticas en noviembre, esto es alrededor de un 4% de la población económicamente activa.
La cifra representa un aumento de 100.000 personas sin empleo con respecto al año pasado.
Malas perspectivas
Con la mayoría de los países desarrollados en recesión y las economías emergentes enfrentando serios problemas de financiamiento, el futuro no es nada prometedor para una economía como la japonesa, principalmente orientada a la exportación.
Toyota, la mayor fabricante de vehículos de Japón y una de las automotrices más rentables del mundo, acaba de anunciar que incurrirá en pérdidas por primera vez en siete décadas. También Sony anunció en las últimas semanas que recortaría la producción y puestos de trabajo en sus plantas.
En un intento por detener el rápido deterioro de la economía, el Banco de Japón bajó la tasa de interés de referencia al 0,1% e incrementó su capacidad de compra de acciones comerciales y bonos del gobierno.
Pero ya sin más margen para la política monetaria, el Banco Central podría verse forzado a adoptar medidas más drásticas para socorrer a las empresas japonesas.
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