El mundo nunca había estado mejor preparado para enfrentar una posible pandemia de influenza, afirman los expertos.
La historia ha demostrado que cada 30 a 50 años ocurre una epidemia global de gripe y debido a que la última se dio a fines de los 1960, los gobiernos en el mundo han estado en alerta durante la pasada década.
Ahora, con el brote de gripe porcina en México, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha descrito como una situación grave- quizás ha llegado ese momento.
Los países en todo el mundo han estado revisando los planes de contingencia que establecieron desde el resurgimiento de gripe aviar en el sureste de Asia hace seis años.
Se sabe que unos 150 países tienen programas de emergencia que van desde la respuesta de los servicios de salud, vigilancia en los puertos de entrada, aislamiento de casos sospechosos, hasta restricciones de viaje.
Sin embargo, en el tema específico de una vacuna para la gripe porcina, las noticias no son muy alentadores: una vez se identifique la cepa del virus, desarrollar la vacuna puede tomar hasta seis meses. Varios laboratorios alrededor del mundo están a la espera de la cepa para empezar a trabajar.
Hasta ahora, la única forma de mitigar los síntomas de la enfermedad es una dosis de medicamento antiviral. No se sabe si la vacuna de gripe estacional tiene algún efecto contra este nuevo virus.
Monitoreo
En 2007, se pusieron en práctica las llamadas Regulaciones Internacionales de Salud que obligan a los 194 países miembros a responder a lo que llaman "una emergencia de salud pública de preocupación internacional".
Las regulaciones requieren que los países informen los resultados de sus actividades de vigilancia a la OMS y que establezcan líneas de comunicación con otros gobiernos.
Esto, afirman los expertos, es esencial para poder tomar decisiones para controlar la propagación de la enfermedad.
Además de proteger a la salud pública, las regulaciones también fueron establecidas para minimizar el impacto en el comercio y el turismo global.
Una pandemia de gripe, dicen los expertos, podría costar a las economías hasta US$3 millones de millones.
Es por eso que la OMS dice estar confiada en que la comunidad internacional está mejor preparada que nunca para enfrentar esta amenaza.
A nivel nacional, muchos países han reabastecido sus reservas de medicamentos antivirales que aunque no previenen la infección, pueden reducir los síntomas de la enfermedad y minimizar la propagación del virus.
Y varios laboratorios en el mundo están analizando el nuevo virus para que, una vez que logren identificar la variante, se pueda fabricar una vacuna.
Reservas de fármacos
Se ha demostrado que con los viajes globales, una pandemia podría llegar a todas partes así que ahora lo importante es que se sigan adecuadamente los planes que han sido establecidos
Profesor Stephen Field
Yo diría que muchos gobiernos en occidente ha invertido tiempo y esfuerzo en años recientes para poner en práctica planes adecuados" dijo a la BBC el profesor Stephen Field, presidente del Real Colegio de Medicina General en el Reino Unido.
"Y esto fue provocado por los temores de la gripe aviar. Porque se ha demostrado que con los viajes globales, una pandemia podría llegar a todas partes así que ahora lo importante es que se sigan adecuadamente los planes que han sido establecidos", afirma el experto.
Se cree que varios gobiernos en el mundo han almacenado unos 220 millones de dosis de Tamiflu, un medicamento antiviral que hasta ahora ha demostrado ser efectivo en la reducción de los síntomas de la enfermedad.
La empresa farmaceútica Roche, que produce el medicamento, afirmó que está investigando formas de aumentar su producción.
Otro fármaco del que también disponen varios países y que parece ser efectivo con el nuevo virus es Relenza, producido por GlaxoSmithKline.
Tal como han informado los expertos, si estos medicamentos se toman poco después de que aparezcan los síntomas, son capaces de inhibir la reproducción del virus.
Y entre menos virus tiene un paciente, podrá recuperarse más rápido y más pronto.
El problema, creen los expertos, es que en el caso de una pandemia quizás no habrá suficientes dosis de estos fármacos para tratar a toda la población mundial.
Y quienes tendrán más dificultades para tener acceso a los fármacos serán los países de medianos y bajos ingresos.
Vacuna
Las noticias son aún menos alentadoras en lo que a una vacuna se refiere ya que no existe un compuesto que pueda atacar de forma específica a la nueva variante del virus.
Las vacunas estándares contra gripe estacional no ofrecen protección contra este nuevo mircoorganismo.
Para producir una vacuna contra una epidemia específica es necesario primero extraer y aislar la cepa exacta que está causando la infección. Posteriormente el virus debe "desactivarse" para poder producir la inoculación.
Todo el proceso, desde el aislamiento del patógeno hasta tener la vacuna lista para inyectarse tarda al menos 20 semanas.
Por eso los expertos creen que en estos momentos la mejor estrategia es poner el práctica los planes de emergencia para evitar la propagación de la enfermedad.
Al fines del año pasado, Naciones Unidas produjo un informe en el que advierte que aunque muchos gobiernos han establecido planes de contingencia contra una pandemia, sólo la mitad los habían probado con ejercicios simulados.
Y según el informe, sólo un 30% habían incorporado las lecciones aprendidas con estos ejercicios.
La ONU advirtió entonces que "la continua falta de preparación seguía siendo motivo de preocupación".
Y agregó que "no es suficiente tener un plan escrito. También es necesario revisarlo, probarlo, asegurarse de que funciona y después revisarlo nuevamente sobre la base de la asimilación".
El informe también advirtió de la "pobre vigilancia y los bajos recursos para llevar a cabo pruebas de laboratorio" particularmente en África.
Lo cierto ahora, afirman los expertos, es que después de todo lo que se ha hablado sobre preparativos, sólo cuando ocurra la pandemia se sabrá si los planes realmente funcionan.
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