Más de 2.000 prostitutas, más de 130 clubes de alterne y apenas denuncias. Ellas son brasileñas, de entre 20 y 30 años, y muchas ya saben que vienen a Galicia a trabajar en el mercado del sexo. Éste es el panorama que dibujan los informes que la Guardia Civil y la Policía Nacional presentaron esta semana ante la Fiscalía Superior de Galicia, que está trabajando en el diseño de un protocolo que sirva para ayudar a estas mujeres, según informó ayer el órgano judicial.
El análisis de los datos que manejan ambos cuerpos de seguridad revela que en los últimos cuatro años ha aumentado el consumo de la prostitución y el crecimiento de este mercado se ha visto reflejado en la transformación de pequeños locales en "auténticos complejos hoteleros", tal y como refleja la Guardia Civil.
En cualquier caso, el trabajo en la vía pública es residual tanto en urbes como en pueblos, con la única excepción de Pontevedra, que cuenta con dos zonas de prostitución al aire libre.
Actualmente, el 95% de las prostitutas son extranjeras, tres de cada cuatro proceden de Brasil, y el 10%, de Rumanía. Entre las americanas, la media de edad oscila entre los 20 y los 30 años, mientras que las europeas no suelen llegar a los 25. Esto se debe, según el 091, a que se ha producido un rejuvenecimiento de la clientela.
En su informe, la Guardia Civil hace especial hincapié en que los espacios en blanco que han dejado las últimas reformas legislativas de España no sólo han favorecido "el desarrollo de la industria del sexo", sino que ha fomentado que ahora "muchas de las mujeres se capten sabiendo desde el primer momento que van a trabajar como prostitutas". Con todo, continúa siendo habitual que lleguen con falsas ofertas de trabajos legales y con grandes deudas que pagan prostituyéndose.
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