Sería algo así como el "Replicador" de la serie estadounidense de ciencia ficción Star Trek o Viaje a las estrellas, de 1966. Con solo apretar el botón de imprimir, se puede convertir un modelo virtual en 3D en un objeto físico.
Recientemente, la empresa estadounidense Stratasys creó el primer auto completamente impreso en 3D. Se trata de Urbee, un modelo híbrido de la empresa Kor Ecologic.
Aunque es solo una maqueta de tamaño real, toda la carrocería del auto fue creada usando una impresora de tecnología de fabricación aditiva. El material usado fue ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno), un plástico muy resistente comúnmente usado para hacer teléfonos celulares o laptops.
Y aunque estas máquinas capaces de "imprimir" un objeto real han existido desde hace unos 20 años, la tecnología de fabricación aditiva ha avanzado de tal manera que ahora es posible imprimir en materiales como plástico más duradero o acero inoxidable.
"Creo definitivamente que estamos presenciando un cambio en el modo en que adquirimos o compramos un objeto, o en el modo en que usamos una impresora", aseguró a BBC Mundo Duan Scott, de la empresa de impresiones Shapeways.
¿Cómo funciona?
Estas máquinas impresoras convierten un diseño tridimensional hecho en computadora en un objeto real.
El proceso de impresión consiste fundamentalmente en ir creando el prototipo capa a capa, de abajo a arriba. Se deposita una capa de polvo de plástico y se compacta en la zona deseada, repitiéndose el proceso, colocando capas una encima de otra, hasta completar la pieza.
Es fácil de usar, no tiene muchos pasos y en general es un proceso limpio y sencillo.
Existen impresoras 3D de tinta, de láser y la más avanzada tecnología de impresión 3D funciona inyectando resinas en estado líquido y curándolas con luz ultravioleta.
Las capas tienen un espesor muy fino, de entre 0,016 mm a 0,030 mm. Esto se traduce en una gran definición y un acabado de superficie liso. Y la velocidad de impresión es de aproximadamente 2 cm verticales por hora, dependiendo de lo grande que sea la pieza.
Se puede imprimir en unos 20 materiales diversos, desde distintos tipos de plásticos complejos, goma, cristal, cera y hasta en acero inoxidable. Se pueden incluir colores y se logran objetos totalmente funcionales en una sola pieza, o sea que no tienen que ser ensamblados.
En estos momentos, el material más económico podría costar US$1 por centímetro cúbico.
Aplicaciones
En un inicio, las impresoras en 3D surgieron como una alternativa para reemplazar técnicas costosas para diseñar prototipos. Se trataba de una tecnología barata y con la que se podía lograr casi cualquier forma sin casi ninguna restricción geométrica, sin necesidad de usar moldes o pegamentos.
La empresa estadounidense Stratasys inventó la tecnología de impresión en 3D en 1988 y ha liderado su desarrollo desde entonces.
Para Tim Heller, su Director Ejecutivo para Europa, "la impresión en tres dimensiones no está necesariamente destinada a la fabricación de objetos de consumo como imprimir un par de zapatos desde tu impresora en casa. Sin embargo, no descarto que esto pueda pasar en el futuro".
Actualmente esta tecnología se utiliza mayoritariamente para la fabricación de herramientas y piezas de repuesto en industrias como la aeroespacial, defensa, automotriz, médica, de equipos industriales, la arquitectura y los mercados de productos de consumo.
Impresora 3D en casa
Sin embargo, la empresa holandesa Shapeways apuesta a que el proceso de impresión en tres dimensiones pueda llegar a los consumidores.
Desde hace dos años, a través de su página web, los clientes mandan a imprimir sus propios diseños de distintos objetos de consumo, que van desde el ratón o mouse de una computadora hasta creaciones personales de joyas.
Según los creadores de Shapeways, entre el 80 y el 90% de los usuarios del sitio son consumidores que hacen sus propios diseños, entre ellos estudiantes, diseñadores de joyas y entusiastas del cubo de Rubik.
Duan Scott, de la empresa de impresiones Shapeways, cree que uno de los usos más expandidos podría ser para los fanáticos de los video juegos, quienes podrían imprimir su avatar.
Para él no está lejos el día en que cuando a alguien se le rompa la tapa de las pilas del control remoto, la solución será que se pueda imprimir uno de repuesto desde la impresora en 3D que cada uno tenga en su casa.
"No creo que en el futuro todo el mundo tenga en su casa una impresora en 3D, pero sí creo que muchos la tendrán, y además creo que existirá un servicio local para imprimir en 3D, tal y como existe un lugar para imprimir fotos o fotocopiar documentos", afirmó, en conversación con BBC Mundo, el directivo de Shapeways.
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