sábado, 25 de diciembre de 2010

La futurología para saber qué sucederá

 Un libro de 1972 que predijo cómo sería la vida en 2010 ha sido impreso nuevamente después de atraer una gran cantidad de seguidores, pero ¿qué tan difícil es predecir el futuro?
Geoffrey Hoyle
El vuelo barato fue otra de las predicciones de Geoffrey Hoyle, como muestra esta ilustración de su libro.
Al autor, Geoffrey Hoyle, le preguntan a menudo por qué predijo que todos se vestirían un mono u overol en 2010. Hoyle tuvo la visión de un mundo en donde todos trabajarían tres días a la semana y tendrían coches eléctricos.
Estas ideas coloridas de su libro de niños de 1972, titulado "2010: Viviendo en el Futuro", fomentó una campaña en Facebook para encontrarlo. Su trabajo ahora se ha reimpreso con el año del título corregido a 2011.
"Me han criticado porque dije que la gente se vestiría con monos u overoles", explica Hoyle, el hijo de un reconocido astrónomo y autor de ciencia ficción, Fred Hoyle. "No utilizamos esas prendas, pero para mí la idea de las mismas tiene que ver con la restricción de las libertades".
El libro de Hoyle es un producto de su tiempo: el proceso hacia una sociedad planeada con énfasis en la vida comunitaria.
El autor también predijo un uso generalizado de "teléfonos con visor" y el poder hacer las compras de alimentos por internet.
Hoyle es parte de una larga tradición de autores de ciencia ficción que han probado la suerte de la futurología, la disciplina de mapear el futuro.
"Si vamos hacia atrás un par de años en términos de ciencia ficción y fantasía, encontraremos muchas simulaciones brillantes de futuros que han ocurrido", dice Richard Rhodes, autor de Visiones de la Tecnología: Un Siglo de Debate Vital sobre Máquinas, Sistemas y el Mundo Humano.

Lo que sí se cumplió

Geoffrey Hoyle
Otra ilustración de Geoffrey Hoyle en donde predice el uso prendas de una sola pieza.
Tal vez una de las piezas de futurología más celebradas de un autor de ciencia ficción fue la predicción de Arthur C Clark sobre una red de satélites en órbitas geoestacionarias (que permanecen el mismo sitio en relación a un punto fijo en la Tierra).
La idea de dichos satélites se había mencionado antes, pero Clarke fue el primero en ver las posibilidades de su uso para transmisiones y comunicaciones.
Y HG Wells estaba años delante de su tiempo, al precedir armas nucleares en 1914 y luego inspirar al físico Leo Szilard.
En tiempos más recientes, el autor David Brin predijo que habría reporteros ciudadanos, interfaces personalizadas en la web y el declive de la privacidad en su novela Tierra, de 1989, y otros trabajos.
"El mejor método para hacer predicciones es simplemente mantenerse al tanto de las tendencias de los laboratorios y centros de investigación alrededor del mundo, incluso tomar nota de cosas que podrían parecer imprácticas o tontas", dice Brin.
"Después te preguntas a tí mismo: ¿Qué tal si encontraran una manera nueva de hacer algo en particular en forma diez mil veces más rápida, poderosa o mejor? ¿Y si alguien la convirtiera en arma? ¿O la monopolizara? ¿O la comercializara, permitiéndole a millones de personas hacer esta cosa nueva, de manera rutinaria? ¿Cómo sería la sociedad si todos dieran esta nueva cosa por sentado?".
Getty
HG Wells predijo las armas nucleares 30 años antes de que surgieran.
Los esfuerzos concienzudos de la futurología van muchos años atrás. En 1931, al celebrar su 80 aniversario, el New York Times fue con varios hombres prominentes para obtener sus predicciones respecto a cómo sería la vida en 2011.
Hubo aciertos. William Mayo predijo que la esperanza de vida subiría a 70 años ó más. Otras predicciones sobre una población envejeciendo y menor importancia de barreras nacionales eran prometedoras.
Pero también hubo errores, ciertamente como Michael Pupin, el físico que predijo la distribución equitativa de riquezas.
Un ejercicio similar sucedió en 1893, mirando hacia 1993, para la Exposición Colombiana en Chicago. Florida como destino turístico y los trenes rápidos estuvieron en los aciertos, pero también hubo muchas equivocaciones.
El político John J Ingalls fue uno de los más acertados cuando escribió sobre poder viajar de Nueva York a Londres en menos de un día.
Las predicciones, fracasadas o exitosas, dicen tanto acerca del tiempo cuando fueron hechas, como del futuro.
Regresemos en el tiempo a los años tempranos de la Guerra Fría en donde las predicciones de una guerra nuclear catastrófica fueron generalizadas.
"Es el perro que no ladró", dice Rhodes, también autor de El Crepúsculo de la Bomba. "En la comunidad nuclear después de la Segunda Guerra Mundial, era muy claro que si no queríamos eliminar las armas nucleares y no se ponían bajo control, habría una guerra nuclear inevitablemente".
"No vieron el miedo existencial profundo que esas armas indujeron en los líderes de varios países".

¿Qué nos espera en el futuro?

Y es fácil equivocarse o pasar de largo un desarrollo potencial cuando un obstáculo insuperable parece estar en el camino.
Geoffrey Hoyle
A pesar de la predicción descrita en el libro de Geoffrey Hoyle, la realidad todavía difiere un poco.
Una predicción comúnmente errónea, hecha por socialistas utópicos en el siglo XIX, reapareciendo en 1893, 1931 y muchas veces más a partir de ahí, es la idea que la mecanización sólo debe ir un poco más allá para poder ganarnos una vida de ocio.
La semana de tres días de Hoyle predicta para 2010 falló en materializarse. "La gente va a tener que trabajar mucho. Se ha ido del lado opuesto. La gente trabaja siete días a la semana. Tengo una visión pesimística ahora", dice.
Pero Hoyle acertó cuando predijo el rol del teléfono visión. Y el escritorio visión también suena familiar. "El vidrio sobre la pantalla está hecho de manera especial para que cuando escribas sobre él, la cámara le tome una fotografía a lo que escribes".
Si se predijera hoy que en pocos años los elementos electrónicos clave como teléfonos, GPS y reproductores multimedia estarían incrustados en el cuerpo, probablemente no se diría nada atrevido.
"Es muy simple extrapolar la tecnología existente. Eso suele ser lo que la gente hace" dice Rhodes. "Pero los cambios realmente importantes son inevitablemente sorpresas".
La proliferación de la computadora y el microchip entra en esta categoría, dice Tim Mack, presidente de la Sociedad Futura del Mundo.
"Las computadoras eran vistas como desmenuzadoras de grandes cantidades de información", dice Mack. "La gente lo pasó por alto, aquello de insertar chips en casi todo".
La futurología es un gran negocio hoy en día. La industria de defensa la retomó hace tiempo, pero ahora es utilizada en todo desde tecnología de consumo hasta firmas de comida.
Y será encantador poder leer las predicciones del 2010 en el próximo siglo.

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