La presencia de una plaga devastadora para la población mundial de ranas se hizo evidente a partir de la década de los '90, cuando miles de anfibios de distintas especies de todo el mundo comenzaron a desaparecer.
Veinte años más tarde, el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, causante de la enfermedad conocida como quitridiomicosis, sigue diezmando a las poblaciones de anfibios del planeta.
Sin embargo, en algunas regiones de Estados Unidos y Australia, varias especies parecen haberle ganado la batalla a la enfermedad, mostrando signos de recuperación.
En un evento único, pero como se trata de un proceso de recuperación, resulta vital documentarlo
Roland Knapp, Universidad de California
"Nosotros hemos estado estudiando durante los últimos 15 años varias poblaciones de anfibios en Sierra Nevada, EE.UU, y el efecto y la distribución del hongo. Lo que se ve es que cuando llega la infección, las poblaciones de ranas desaparecen casi por completo", le dijo a BBC Mundo Robert Knapp, del Laboratorio de Investigación Acuática Sierra Nevada, de la Universidad de California.
"Unas pocas comunidades logran sobrevivir, y de esas pocas, algunas, como es el caso de la rana de montaña de patas amarillas (Rana muscosas), parecen estar recuperándose. Es un evento único, pero como se trata de un proceso de recuperación, resulta vital documentarlo", aseguró el científico. Casos aislados, pero importantes
Para los investigadores resulta difícil determinar si este fenómeno está ocurriendo en otras regiones del país, lo cual no significa necesariamente que no esté pasando. Lo que sucede es que casi no hay información -que no sea puramente anecdótica- sobre el estado de los anfibios antes de la llegada del hongo, con lo cual se hace complejo juzgar su recuperación.
Pero sí se han publicado estudios que registran un alza en la población de anfibios, tras el arribo de la enfermedad, en varios puntos del continente australiano.
(En Australia) Está pasando con varias especies
Michale Mahony, Universidad de Newcastle
"Está pasando con varias especies", explica Michael Mahony de la Universidad de Newcastle, en Nuevo Gales de Sur, Australia, quien estudió las ranas de la Gran Cordillera Divisoria australiana durante los últimos 20 años.
Especies como la Mixophyes iteratus, la Adelotus y varias ranas de árbol regresaron a lugares de donde habían casi desaparecido. El número de individuos en algunas poblaciones incluso, dicen los científicos, ha aumentado a niveles mayores a los alcanzados antes de la llegada de la quitridiomicosis.
¿El virus o la rana?
Cabe preguntarse, entonces, qué factores han hecho posible la recuperación. ¿Ha perdido el hongo su virulencia o las ranas se han vuelto más resistentes a la enfermedad? La respuesta no es sencilla. Por un lado, es posible que el virus haya perdido su fuerza en algunas zonas. Pero, señala Knapp, "hay evidencia de que las ranas de Sierra Nevada que sobrevivieron son diferentes en cuanto a su susceptibilidad que aquellas que nunca entraron en contacto con el hongo".
"También creemos que el hábitat puede tener un papel en todo esto. Ciertos hábitats les permiten a las ranas desarrollar mecanismos de resistencia más que otros". "Las diferencias en cuanto a la susceptibilidad son importantes, pero todavía no sabemos con certeza a qué se deben estas diferencias", añadió el investigador. "Lo importante es que si podemos identificar en las poblaciones que se recuperaron qué permitió que esto sucediera, en comparación con las poblaciones que no se recuperaron o que se extinguieron, podremos predecir lo que podría pasar en el futuro", concluyó Knapp.
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