La FIFA sabía que la elección hace dos semanas de Qatar como sede de la mayor fiesta del fútbol en 2022 era una apuesta arriesgada.
Será la primera vez que la Copa del Mundo se celebre en el Medio Oriente y por eso preocupaba el calor extremo, la seguridad e incluso los problemas que pueda ocasionar la prohibición de beber alcohol en público.
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Sin embargo, había pasado casi desapercibido un inconveniente más de la candidatura catarí que un periodista se encargó de recordar este martes durante una rueda de prensa del presidente del máximo órgano de gobierno del fútbol, el suizo Sepp Blatter.
Los aficionados al fútbol homosexuales que viajen a Qatar con ocasión del Mundial podrían ser condenados a siete años de cárcel si tienen relaciones con otra persona de su mismo sexo.
Los gays o lesbianas musulmanes podrían ser sentenciados a muerte porque para ellos rige la sharia o ley islámica.
Blatter, en tono jocoso, respondió que los gays y lesbianas de todo el mundo que visiten Qatar esos días deberán abstenerse de toda actividad sexual.
Su comentario ha generado la indignación de asociaciones internacionales de gays y lesbianas que sienten que el presidente de la FIFA, en lugar de apoyarles, se ha aliado con los represores.
Persecución
Qatar (con 1,7 millones de habitantes) es uno de los más de setenta países del mundo que aún consideran delito la conducta homosexual y está en el objetivo de cientos de grupos de activistas que luchan por acabar con las leyes homofóbicas.
El emirato del Golfo y el resto de países del Medio Oriente son junto con África y el Caribe las regiones del mundo en las que gays y lesbianas sufren mayor persecución y que castigan con penas más duras las conductas homosexuales, según el director del programa de derechos de los homosexuales de la ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW), Boris Dittrich.
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En conversación con BBC Mundo, Dittrich habló de la represión que sufren los homosexuales del Medio Oriente, muchos de ellos encarcelados por expresar su homosexualidad en público y otros incluso por hacerlo en privado.
Dittrich se refirió a los métodos de la policía moral de muchos de estos países, como por ejemplo Irán, que tienden trampas en los foros de Internet a los jóvenes homosexuales: "Conciertan citas falsas con ellos y luego les arrestan".
Pocas esperanzas de cambio
Uno de los pocos lugares de la región donde los homosexuales pueden mostrar abiertamente su orientación sexual es Beirut, la capital de Líbano.
El presidente de Helem, Charbl Mayda, una asociación que abrió su oficina en esta ciudad mediterránea en 2004 dice que muchos homosexuales libaneses han sido encarcelados durante viajes de vacaciones o trabajo a países del Medio Oriente.
"En cuanto sales de Beirut, e incluso en buena parte de la capital, te expones a los mismos riesgos que en cualquier otro lugar del Medio Oriente", asegura Mayda. "En Líbano la conducta homosexual es considera antinatura por la ley y es castigada con entre seis meses y un año de cárcel".
En este contexto, los activistas por los derechos de los homosexuales del Medio Oriente sienten que la declaración del presidente de la FIFA les ha hecho un flaco favor.
Piden que la FIFA trabaje desde ahora para proteger los derechos de los homosexuales que viajarán a Qatar en 2022.
Preguntado sobre las posibilidades de que haya un cambio legal en Qatar de aquí a 2022, Dittrich, el representante de HRW, afirma que el hecho de que se celebre el torneo ayudará a los activistas del país, que actúan todos en la sombra, a llamar la atención sobre la persecución que sufren.
Pero agrega que aunque aún faltan 12 años para que se celebre el evento, alberga pocas esperanzas de que las cosas puedan cambiar para entonces en una sociedad tan conservadora.
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