Castro clausuró el pleno de la Asamblea Nacional. El presidente de Cuba, Raúl Castro, cerró las sesiones de la Asamblea Nacional con un discurso de dos horas en el que delineó la estrategia política que seguirá su gobierno, tanto en temas económicos como sociales y políticos. Empezó reafirmando que su objetivo es fortalecer el sistema socialista. "A mí no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución", repitió ante los 600 diputados, la prensa y el cuerpo diplomático.
A mí no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo
Raúl Castro, presidente de Cuba
Sin embargo, sostuvo que los cambios estructurales continuarán, se eliminarán gratuidades y subvenciones, se separaran las funciones del Partido y el gobierno, se promoverá el trabajo por cuenta propia y se pondrá fin a las prohibiciones "innecesarias". Sobre las relaciones con Washington afirmó que en EE.UU. "no se aprecia la menor voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera para eliminar sus aspectos más irracionales", por lo que no se prevé distensión en el enfrentamiento bilateral.
El mandatario cubano finaliza el ano con los primero logros económicos de su gobierno: crece del PIB, se reduce el gasto público, se incrementan sustancialmente las exportaciones (sobre todo de servicios) y aumenta la productividad laboral.
Separar el partido del gobierno
Entre los anuncios más importantes el presidente dijo que se proyecta separar las estructuras del Partido Comunista de las del gobierno, que en la actualidad se mezclan a todo nivel, desde los municipios hasta la presidencia de la república.
"El Partido debe dirigir y controlar y no interferir en las actividades del gobierno a ningún nivel", dijo Raul Castro y anunció que el tema se discutirá en la Conferencia Nacional del Partido Comunista que se realizará a mediados del próximo ano.
El general Raúl Castro repitió que este Congreso del Partido Comunista es el ultimo en el que participará "la generación histórica. El tiempo que nos queda es corto", dijo refiriéndose a la edad de esa dirigencia. Asumió también la responsabilidad sobre los fallos: "Estamos convencidos de que tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del socialismo en Cuba".
Expresó que esta es la última oportunidad que tiene le Revolución y repitió que si los planes fallan será "el fin" de la nación cubana. Dijo que el momento es tan definitorio que los dirigentes que no estén a la altura serán removidos de sus cargos. Tras explicar la destitución de tres dirigentes a los que calificó de amigos personales, expresó que "yo sólo tengo compromisos con el pueblo" y agrego que "esta será la línea que seguirá el gobierno y el Partido con todos los cuadros".
Descentralización
Castro informó que se están adaptando las leyes para sostener jurídicamente los cambios, buscando institucionalizar el país. Cuba tendría incluso que cambiar la Constitución para poder aplicar algunas de las nuevas políticas económicas.
También aseguró que se descentralizaría de forma gradual el poder de La Habana, "elevando paulatinamente la autoridad de los gobierno provinciales y municipales, dotándolos de mayores facultades para el manejo de sus presupuestos".
En la actualidad, los gobiernos municipales carecen totalmente de poder. La dependencia es tal que sus representantes no tienen potestad para comprar o recibir un automóvil donado; ni siquiera pueden abrir una cuenta en un banco cubano. La idea planteada por el presidente es que estos gobiernos locales asuman el mando real de sus regiones, que cobren impuestos a las empresas ubicadas en el territorio e incluso que inviertan en proyectos de desarrollo regionales.
"Más claro ni el agua"
Castro recalcó que su misión al frente del país no es restaurar el capitalismo en Cuba sino fortalecer el socialismo pero a su vez reconoció que fue un error pasar "a propiedad estatal casi toda la actividad económica del país".
Estamos convencidos de que tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del socialismo
R. Castro
Recordó que tanto Carlos Marx como Vladimir Lenin definieron que solo se "mantendría la propiedad (estatal) sobre los fundamentales medios de producción" y recalcó que los cubanos no volverían a repetir el error de copiar el modelo de otro país. Dijo que la tarea del "partido y del gobierno es facilitar la gestión" de los trabajadores por cuenta propia y " no generar estigmas ni prejuicios contra ellos", para lo cual debe cambiar la apreciación negativa que sobre ellos tienen algunos dirigentes. Sin embargo, no dejo dudas sobre los límites del cambio: "La planificación y no el mercado será el rasgo distintivo de la economía y no se permitirá (…) la concentración de la propiedad. Más claro ni el agua".
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