Es una de las acciones más habituales en el mundo del baloncesto, pero lo que se vivió en este encuentro puede que no vuelva a repetirse nunca más.
Falta personal en este partido universitario. Dos tiros libres para Kamil Gawrzydek cuando su equipo, Idaho State cae contundentemente por veinte puntos de diferencia. En el momento en que se dispone a lanzar el primero, las cámaras encuentran un elemento en la grada dispuesto a robar el protagonismo del jugador.
Enfundado con un disfraz de Supermán, este aficionado amenaza con perturbar la concentración del jugador rival. Por su parte, Gawrzydek bota el balón sin prestar mucha atención a este improvisado enemigo.
Pronto todas las miradas vuelven al jugador. Amenazando las leyes de la física, el balón acaba entrando en la canasta después de unos interminables segundos. Primero, pega en el aro, luego sube hasta caer de nuevo en el hierro y quedar suspendida durante un buen rato ante la mirada incrédula de jugadores y árbitro.
Finalmente, el lanzamiento termina entrando para alegría de los jugadores de Idaho. La ventaja disminuía pero no fue suficiente para remontar el partido. Eso sí, el tiro libre será recordado durante mucho tiempo en estas dos universidades.
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