Barack Obama se ha cansado de asegurar que su ego es saludable. Quizá por ello no le importó ayer compartir su protagonismo ascendente con el presidente George W. Bush y los ex presidentes James Carter, Bill Clinton y George H. Bush, en un encuentro histórico en la Casa Blanca, en el que compartió no sólo el pan y la sal, sino que se mostró como el humilde y diligente alumno que acude a recibir los consejos presidenciales de quienes le han precedido en el cargo. | |
“Todos estos caballeros presentes entienden tanto las presiones como las posibilidades de este cargo”, aseguró Obama mientras sus predecesores le miraban complacidos en un breve encuentro con la prensa en la oficina oval de la Casa Blanca. La histórica cita, organizada a petición del propio Obama, no fue desaprovechada por el saliente presidente Bush, quien no resistió la tentación de salpimentar el encuentro con aires de condescendencia: “Todos los que hemos ocupado esta oficina entendemos que el cargo está por encima del individuo”, dijo Bush. “Y, más allá de que seamos demócratas o republicanos, amamos a este país y por eso todos deseamos que tenga éxito”, añadió el mandatario en un acto en el que Obama agradeció a todos su disposición para compartir su sabiduría y experiencias. “Espero que al término de esta extraordinaria reunión habré recibido buenos consejos y muestras de camaradería”, dijo el presidente electo poco antes de iniciar una entrevista privada de media hora con Bush y, acto seguido, volver a reunirse con el resto de los invitados en un almuerzo a puertas cerradas. |
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