Videla está procesado por el Plan Cóndor y por el secuestro de dos empresarios. |
El juez federal Norberto Oyarbide ordenó el traslado de Videla -de 83 años- a la cárcel de la guarnición Campo de Mayo, donde cumplen condena otros antiguos militares acusados de delitos de lesa humanidad durante el último gobierno militar (1976-1983).
Videla cumplía la condena por el robo sistemático de bebés, hijos de mujeres detenidas durante su gobierno.
Hasta este viernes gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria, que en Argentina puede otorgarse a aquellas personas mayores de 70 años. Desde hace diez años vivía en un departamento en el selecto barrio porteño de Belgrano.
El ex militar está procesado por varias causas más, como el secuestro de dos empresarios y el Plan Cóndor, como se conoce al acuerdo de cooperación entre los gobiernos de facto de Sudamérica para eliminar opositores durante los años 70 y 80.
"Justicia a medias"
Los organismos de derechos humanos de Argentina saludaron la noticia, aunque se mostraron disconformes con el hecho de que Videla no vaya a una cárcel común sino a un penal militar.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, le dijo a BBC Mundo: "La noticia nos cayó muy bien, la recibimos casi como un festejo."
"Este es un personaje emblemático de la dictadura, es peligroso y no se arrepiente. Dice que hizo bien y que lo volvería a hacer".
La noticia nos cayó muy bien, la recibimos casi como un festejo Estela de Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo |
Sin embargo, Carlotto calificó a la decisión como una "justicia a medias".
"Lo que no nos parece bien es que lo hayan trasladado a Campo de Mayo. Ese lugar no es una cárcel común, es una guarnición militar donde nos consta que los tratan con jerarquía, como si aún tuvieran el rango militar y los subalternos les obedecieran. Además de que viven con comodidades que no tiene un preso común. Eso nos parece improcedente", añadió.
Emblema del horror
Videla es uno de los íconos de la represión en Argentina. Fue el principal actor del golpe que derrocó a la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976 y fue el primer presidente del gobierno militar.
Su mandato se considera la etapa más sangrienta del período de gobiernos militares de Argentina. Durante el mismo se produjeron la mayor cantidad de secuestros y asesinatos.
En esos años se instauraron decenas de centros clandestinos de detención, en los cuales -bajo sus órdenes- miles de personas fueron torturadas y asesinadas.
Organizaciones de derechos humanos estiman que durante el último gobierno de facto de Argentina fueron asesinadas unas 30.000 personas.
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