Un tribunal de Parma (norte de Italia) condenó a 18 años de cárcel al fundador de la empresa láctea Parmalat, Calisto Tanzi, en relación a lo que fue, hace siete años, la mayor bancarrota corporativa de Europa.
Tanzi, de 71 años, fue declarado culpable por cargos de bancarrota fraudulenta y asociación ilícita. Otros 16 ex directivos de la empresa también fueron condenados.
Parmalat se derrumbó en 2003 con un agujero de US$20.000 millones en sus cuentas.
El ex empresario, de 71 años, ya había sido condenado a 10 años de prisión por manipular el mercado bursátil en Milán a finales de 2008, pero había apelado. Hasta ahora, Tanzi ha pasado sólo nueve meses detrás de rejas, a causa de su edad.
Como explica el corresponsal de la BBC en Italia, David Willey, el tribunal escuchó el testimonio de cientos de testigos y fue uno de los procesos judiciales más complicados jamás registrados en Italia, con millones de páginas de documentos.
El tribunal también ordenó a ex ejecutivos de Parmalat a pagar a la empresa US$2.600 millones y el reembolso a los inversionistas defraudados.
"No me esperaba una sentencia tan dura", dijo Tanzi al conocer la condena. Su abogado, Giampiero Biancolella, dijo que su cliente mantiene su inocencia y también hizo un llamamiento en contra de la última condena.
"Parmalat es el símbolo de un sistema enfermo y la mayor fábrica de deudas del capitalismo europeo", dijo la investigadora Lucía Russo durante la audiencia.
Auge y ocaso
El colapso de Parmalat fue la mayor quiebra corporativa de Europa y repercutió en numerosos países de América Latina.
Unos 135.000 inversores perdieron sus ahorros en la empresa.
En el momento de la quiebra, Parmalat empleaba alrededor de 36.000 personas en 30 países.
Originalmente una pequeña empresa familiar de productos lácteos, Parmalat se convirtió en una poderosa multinacional, pero su deuda acumulada la hizo quebrar.
Aunque el escándalo se hizo público en diciembre de 2003, los fiscales de juicio dijeron que el grupo había estado luchando durante muchos años, sobreviviendo en parte debido a un fraude en sus balances.
La quiebra de la compañía desató litigios en todo el mundo contra los grandes bancos internacionales que habían recomendado las acciones de Parmalat como una inversión segura.
La gerencia actual de Parmalat y los inversionistas tomaron acciones legales contra varios bancos, incluyendo Bank of America y Citigroup, por su papel en el colapso.
El año pasado, la Guardia de Finanzas de Italia (policía fiscal) confiscó obras de arte valoradas en más de US$150 millones que al parecer pertenecían a Tanzi.
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