miércoles, 24 de marzo de 2010
Las mamografías no salvan vidas, según un estudio
LONDRES (Reuters) - Científicos nórdicos dijeron el miércoles que no encontraron evidencia de que las pruebas de detección de cáncer de mama tengan algún efecto en las tasas de mortalidad, un hallazgo que se suma a un ya intenso debate internacional sobre las mamografías rutinarias.
En un estudio publicado en el British Medical Journal, investigadores de Dinamarca y Noruega dijeron que la reducción de las muertes por cáncer de mama en regiones donde se realizan pruebas de diagnóstico por imágenes es igual o incluso menor que en las áreas donde las mujeres no son examinadas.
"Nuestros resultados son similares a los que se observaron en otros países con programas nacionales organizados", dijo Karsten Jorgensen, del Centro Nórdico Cochrane, en Copenhague, que lideró la investigación. "Es el momento de preguntarse si las pruebas de detección tuvieron el efecto prometido en la mortalidad por cáncer de mama", agregó.
El pasado noviembre surgió la polémica en Estados Unidos después de que responsables de la salud pública cuestionaran el valor de las mamografías para mujeres de menos de 40 años y sugirieran elevar la edad para realizar las pruebas a 50.
Oncólogos y grupos partidarios de las pruebas denunciaron la iniciativa, diciendo que los cambios supondrían que más mujeres morirían de cáncer de mama. Algunos legisladores sostuvieron que la medida podía utilizarse para racionar la asistencia médica.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres en todo el mundo, y supone alrededor del 16 por ciento de todos los tipos de cáncer femeninos. La enfermedad causa la muerte de unas 519.000 personas en todo el mundo cada año.
DINAMARCA COMO REFERENCIA
Jorgensen dijo que aunque los programas de detección de cáncer de mama son diferentes en cada país, Dinamarca es un buen punto de referencia y los hallazgos de su equipo deberían participar en el debate.
En Dinamarca, las mujeres se hacen una prueba de detección por imagen cada dos años a partir de los 50, similar a Estados Unidos, donde ahora están recomendadas cada uno o dos años para mujeres de más de 50 años. En Reino Unido, la política es que las de más de 50 años sean examinadas cada tres años.
Los críticos de los programas generalizados dicen que pueden ser más dañinos que beneficiosos si el tiempo hospitalario adicional y los costos que implican, junto con el estrés y la preocupación que generan las falsas alarmas, superan la ventaja de evitar más muertes.
En Reino Unido, por ejemplo, expertos dicen que unas 7.000 mujeres reciben un diagnóstico innecesario de cáncer de mama cuando las pruebas detectan tumores que nunca les habrían causado ningún problema.
Jorgensen dijo que su estudio demostraba que este equilibrio entre riesgos y beneficios no se alcanza en Dinamarca, y especuló con que la situación podría ser la misma en otros países desarrollados.
Las pruebas sugieren ahora que, por cada 2.000 mujeres que se someten a mamografías durante 10 años, sólo una habrá salvado su vida por el programa, mientras que el riesgo de tener un diagnóstico innecesario de cáncer de mama es 10 veces esa cifra.
Jorgensen y su equipo compararon los cambios anuales en las muertes por cáncer de mama en regiones danesas con y sin programas de detección.
En mujeres que se beneficiarían de las pruebas (las de edades comprendidas entre los 55 y los 74 años), la mortalidad por cáncer de mama cayó un 1 por ciento en áreas con programas de mamografías, y un 2 por ciento anual en zonas sin ellos, según los investigadores.
En mujeres demasiado jóvenes para beneficiarse del programa (entre 35 y 54 años), la mortalidad por cáncer de mama cayó un 5 por ciento anual en zonas en las que se llevan a cabo pruebas de detección y un 6 por ciento al año en las otras durante el mismo período.
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