La economía de Estados Unidos se contrajo un 6,2% en el último trimestre de 2008, una caída mucho mayor de lo que señalaban las cifras hechas públicas anteriormente por el gobierno estadounidense y que situaban el descenso en el 3,8%. La acusada caída del Producto Interior Bruto (PIB) de EE.UU. -la mayor desde el primer trimestre de 1982- responde, entre otras causas, al mayor descenso en el consumo en 28 años y a la contracción de las exportaciones Así, en 2008 la economía estadounidense creció un 1,1%, el menor ritmo de crecimiento desde 2001. El consumo, que supone dos tercios de la actividad económica de EE.UU., decreció un 4,3% entre octubre y diciembre del pasado año, el mayor descenso desde el segundo trimestre de 1980. Las cifras preliminares indicaban una caída del 3,5%. Mientras, las exportaciones, otro de los pilares de la economía, cayeron al ritmo más rápido desde 1971, a una tasa anual del 23,6%. Según el especialista en asuntos económicos de la BBC, Andrew Walker, las últimas cifras del PIB estadounidense muestran una economía en plena recesión, pese a que la contracción no es tan acusada como la sufrida por Japón y Alemania. Presupuesto y déficit
Estas cifras se conocen un día después de que el presidente estadounidense Barack Obama presentara su primer presupuesto, en el que se contempla un déficit de US$1,75 billones, el mayor desde la Segunda Guerra Mundial. A principios de esta semana, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió al Congreso de EE.UU. que sin las políticas adecuadas por parte del gobierno la recesión en EE.UU. podría prolongarse hasta 2010. Pese a la advertencia, Bernanke dijo que si se adoptan ciertas medidas que den estabilidad financiera, hay una posibilidad razonable de que la recesión termine este año y que 2010 sea el año de la recuperación. El presidente Obama firmó recientemente un paquete de estímulo valorado en US$787.000 millones para reactivar la economía y que contempla un aumento del gasto público y el recorte en los impuestos. Obama también reveló hace unos días los detalles de un plan que asciende a US$75.000 millones orientado a estabilizar el convulsionado mercado inmobiliario del país y que busca ayudar a unas nueve millones de familias con problemas con sus hipotecas. |
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