martes, 3 de febrero de 2009

la diabetes tipo 2 prima del Alzheimer

La forma más común de demencia, la enfermedad de Alzheimer, podría estar muy relacionada a otro trastorno muy común en la vejez: la diabetes tipo 2.

Anciano
Los científicos dicen que el Alzheimer podría ser una diabetes tipo 3 cerebral.
Esa es la conclusión de un equipo de científicos que ahora intentará probar si la hormona insulina, o fármacos que mejoren su producción, podría ayudar a los pacientes que sufren Alzheimer.

La investigación -publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), (Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos), fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Northwestern, en Chicago, y la Universidad de Río de Janeiro, Brasil.

Los expertos afirman que el hallazgo podría conducir al desarrollo de nuevos tratamientos contra la enfermedad.

"Lo que descubrimos fue que la insulina puede tener un efecto de protección en las neuronas" explicó a la BBC el doctor William Klein, de la Universidad de Northwestern en Chicago, quien dirigió el estudio.

"Las protege contra los daños tóxicos de una proteína que provoca pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer" señala el investigador.

Diabetes tipo 3

La relación entre la insulina y los daños cerebrales ha sido objeto de investigaciones desde que científicos encontraron evidencia de que la insulina tiene actividad en el cerebro.

El nuevo estudio, como explica el doctor Klein, analizó los efectos de la insulina sobre un grupo de proteínas llamadas ADDL (ligandos difusibles derivados de amiloide beta), que forman placas en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y causan daños.

Reconocer que la enfermedad de Alzheimer es un tipo de diabetes cerebral podrá conducirnos a nuevos descubrimientos para tratamientos contra este devastador trastorno
Prof. Sergio Ferreira
Los científicos tomaron neuronas del hipocampo, una parte del cerebro que tiene un papel fundamental en la memoria.

Aplicaron en las neuronas insulina y un medicamento llamado rosiglitazone (avandia) que se da a los pacientes con diabetes tipo 2 para aumentar el efecto de la hormona en las células.

Posteriormente, cuando se expuso a las neuronas a las ADDL éstas resultaron menos susceptibles al daño.

Esto significa, afirman los científicos, que la insulina es capaz de bloquear los efectos de esta proteína tóxica.

"Desde hace un año comenzamos a investigar el efecto de la insulina en el cerebro" afirma el doctor Klein. "Fue entonces que nos dimos cuenta de que estas sustancias tóxicas que causan Alzheimer hacían a las neuronas resistentes a la insulina".

"Y esencialmente éste es una diabetes tipo 3, en la que el cerebro se vuelve resistente a las señales de esta hormona", expresa el investigador.

El doctor Klein cree que un medicamento que mejore la sensibilidad del cerebro a la insulina podría conducir a una nueva forma de tratar la enfermedad de Alzheimer.

Los científicos creen que las toxinas de las ADDL atacan a las neuronas de forma muy específica.

Es decir, solo llegan a adherirse a sitios muy particulares de las neuronas y una vez adheridas causan daños en la sinapsis (el proceso de comunicación) entre las neuronas.

"Lo que ocurre con la insulina es que ésta logra disminuir dramáticamente la capacidad de adherencia de las toxinas ADDL en las neuronas", dice el doctor Klein.

Nuevos fármacos

Inyección de insulina
Quizás podría desarrollarse un fármaco contra Alzheimer basado en insulina.
La investigación está en sus primeras etapas, pero los científicos creen que quizás en el futuro podría desarrollarse un nuevo tratamiento basado en insulina combinada con fármacos que mejoren aún más la función de esta hormona.

Según el doctor Klein "nuestro estudio demostró que si se tienen niveles bajos de insulina las neuronas no están bien protegidas".

"Pero si agregamos a la insulina un medicamento como avandia, la hormona adquiere una capacidad mucho más fuerte para bloquear a las toxinas".

Otro de los autores del estudio, el profesor Sergio Ferreira de la Universidad de Río de Janeiro, afirma que "reconocer que la enfermedad de Alzheimer es un tipo de diabetes cerebral podrá conducirnos a nuevos descubrimientos para tratamientos contra este devastador trastorno".

En efecto, los científicos saben que la gente con diabetes tiene un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y que la insulina afecta la forma como funciona el cerebro.

Pero la investigación, afirman los expertos, ofrece nueva evidencia de que quizás es posible tratar la enfermedad como una forma de diabetes cerebral.

"Creo que es un hallazgo muy emocionante -dice el doctor Klein- y varios laboratorios ya están persiguiendo en estos momentos esta línea de investigación".

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