miércoles, 11 de febrero de 2009

Israel: es de los ultraderechos

Para algunos es el peor panorama posible: los resultados en las elecciones en Israel son tan ajustados que se esperan semanas de regateo político para conformar un gobierno.

Con casi el 100% de los votos escrutados, Kadima obtenía el 23% de la votación, contra el 21% del Likud. Sólo los separa un escaño en el parlamento.

Esto significa que la decisión sobre quién será el próximo primer ministro que recaerá en Avigdor Lieberman, líder del partido ultra nacionalista Yisrael Beitenu, que ocupa el tercer lugar en las preferencias.

Según relata el corresponsal Paul Wood, la estrechez de los resultados se vio este miércoles en la madrugada, cuando tanto los miembros del partido Kadima como los del Likud entonaron la misma consigna al ver a sus candidatos: "Aquí viene el nuevo primer ministro".

RESULTADOS
Kadima: 28 escaños
Likud: 27
Yisrael Beiteinu: 15
Laborismo: 13
Shas: 11
El centro izquierdista Kadima, según las proyecciones, tiene el primer lugar con 28 escaños, mientras que el derechista Likud obtuvo 27.

Por su parte, el ultra nacionalista Yisrael Beiteinu obtuvo 15, lo que significa que partidos de derecha suman mayoría en los escaños del parlamento israelí, el Knesset. Sin embargo, aún así, no llegan a los 61 puestos que se necesitan para formar gobierno.

Por su parte, el otrora poderoso partido laborista (su candidato era Ehud Barack, actual ministro de Defensa), quedó relegado a un humillante cuarto lugar, con 13 escaños parlamentarios.

Lieberman

Con este panorama, Tzipi Livni (Kadima) y Benjamin Netanyahu (Likud) podrían terminar invitándose mutuamente a formar un gobierno conjunto. El problema es que cada uno quiere ser primer ministro, por lo que esta posibilidad es remota.

Avigdor Lieberman
Todo parece indicar que es el ultra nacionalista Lieberman quien decidirá sobre el futuro primer ministro.
Así que la pregunta ahora es: ¿qué quiere Avigdor Lieberman y quién está dispuesto a ofrecérselo?

Lieberman ahora puede esperar ser cortejado tanto por Livni como por Netanyahu.

De las ofertas que acepte el líder ultranacionalista dependerá quién será el primero en atravesar la puerta de la residencia presidencial de Israel (el presidente, en este caso Shimon Peres, es quien decide qué partido debe encabezar el gobierno) para empezar a construir la coalición.

Según el analista Jonathan Marcus, Lieberman seguramente prefiere un gobierno de derecha.

Sin embargo, por sus posiciones ultranacionalistas (que algunos califican de racistas), Lieberman puede ser un "cáliz envenenado" para quien lo incorpore a su gobierno.

Algunos, incluso, especulan con que pueden presentarse presiones externas para que no se le llame a formar parte del gobierno.

¿Inevitable?

Kadima considera que Livni es la única que tiene la autoridad moral para intentar formar un gobierno, puesto que es la candidata que más votos obtuvo.

El parlamentario de Kadima, Yoel Hasson, dijo que "no hay duda en que Tzipi Livni será la primera ministra. Es inevitable. La pregunta recae en la composición del gobierno".

"Nunca se ha impedido que el partido más numeroso forme gobierno, a pesar del mapa de los bloques (parlamentarios)", agregó.

Con la ayuda de Dios, estoy ante ustedes como el hombre que será el próximo jefe de gobierno de Israel
Benjamin Netanyahu
Sin embargo, según el corresponsal Paul Wood, hay que recordar que el hombre a cargo de mediar en las negociaciones, el presidente Shimon Peres, en 1990 recibió esa solicitud: formar gobierno cuando encabezaba el segundo partido más votado.

Así que es inusual, mas no sin precedentes, la posición que del Likud y sus líderes creen que pueden cambiar la tendencia histórica.

Esto no es un factor menor, porque, con los 29 asientos en el Knesset actual, Tzipi Livni fue incapaz de formar un gobierno de coalición.

Desvío de votos

En la madrugada del miércoles, Benjamin Netanyahu se subió al escenario de la sede central del Likud para decirle a un pequeño pero entusiasta grupo de seguidores que "con la ayuda de Dios, estoy ante ustedes como el hombre que será el próximo jefe de gobierno de Israel".

Gilad Erdan, parlamentario del Likud, dijo que "la prueba no es qué partido tiene la mayoría de votos, sino qué candidato tiene las mejores opciones de formar una coalición, y esa persona es Benjamin Netanyahu".

Asumiendo que las predicciones son correctas, ¿por qué la contienda fue tan cerrada? Después de todo, durante semanas, las encuestas le daban una victoria cómoda a Netanyahu.

Analistas políticos coinciden en que nunca han visto una elección como ésta.

"no hay duda en que Tzipi Livni será la primera ministra. Es inevitable. La pregunta recae en la composición del gobierno
Yoel Hasson, parlamentario de Kadima
Una semana antes de los comicios, las encuestas indicaban que más del 30% del electorado permanecía indeciso, un indicativo de cuán cambiante estaba la opinión pública.

En parte, éste fenómeno se puede explicar en los cambios en el apoyo dentro de los bloques de izquierda y de derecha.

Laboristas le quitaron votos a Kadima, mientras que Yisrael Beitenu pareciera haber hecho lo mismo con Likud.

A pesar de ser un miembro del gobierno, Tzipi Livni, parece haberse beneficiado del sentimiento que hay en cualquier elección: "es hora de un cambio".

Eso se debe a que tanto Netanyahu como Ehud Barak ya han ocupado el cargo de primer ministro y no pudieron completar el período de gobierno.

Una gran atracción para los electores fue que Livni no estaba con ninguno de los dos.

Campaña lacónica

Así las cosas, las elecciones, junto con la constitución de Israel, ofrecen muchas combinaciones posibles para un nuevo gobierno de coalición. Según Paul Wood, algunas de ellas son:

Electores israelíes.
Los partidos más pequeños pudieron arañar votos a los más grandes.

  • Una coalición centro izquierda de Kadima y los laboristas junto con cualquier combinación de Shas, Yisrael Beitenu y Meretz. En el pasado estos partidos ya han formado gobierno, y no fue una experiencia agradable para ellos.

  • Una gran coalición de Kadima, Laborista y Likud. Esto puede ser lo que la mayoría del electorado quiere, pero es poco probable por los egos involucrados. Por la misma razón, probablemente no habrá un "gobierno de rotación" con Kadima y Likud, en el que cada uno tenga la oportunidad de liderar por dos años, porque ¿quién sería el primero?

  • Una coalición de derecha del Likud, Yisrael Betainu y Shas (ortodoxos, 11 escaños), que no incluiría a Kadima ni a los Laboristas. Éste podría ser el acuerdo final y pareciera ser la opción por la que se inclina Netanyahu. Él le dijo a sus seguidores que establecería contacto con los partidos nacionales este miércoles.

    Lo que está claro es que se avecinen tortuosas negociaciones para formar un gobierno de coalición capaz de gobernar.

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