sábado, 6 de diciembre de 2008

¿Qué hacer con la ciudades?



Fachada de edificio en favela

Políticos y expertos provenientes de algunas de las ciudades más grandes del mundo han estado examinando esta semana en Sao Paulo los retos de vivir en áreas urbanas.

En la conferencia Era Urbana han analizado una gama de asuntos que van desde el transporte y la delincuencia hasta el impacto del cambio climático y la mejora de la calidad de vida para los millones que viven en tugurios.

Los organizadores subrayan que el rápido desarrollo de la vida urbana impone más desafíos.

Hace un siglo en Suramérica la única ciudad con una población de más de un millón de habitantes era Buenos Aires y hoy en día hay 36 ciudades que superan ese nivel, entre ellas la anfitriona del evento: Sao Pablo.

Como tantas otras

El incesante ruido del tráfico sirve para recordar que ése es uno de los retos que enfrenta esa enorme ciudad brasileña, como tantas otras en el continente.

Sao Paulo al atardecer. Foto del sitio de Urban Age.
En Sao Paulo se ha logrado disminuir el número de asesinatos.
Si uno incluye el área metropolitana, en Sao Paulo viven más de 19 millones de personas y hay más de seis millones de autos en las carreteras.

La vivienda es otro gran desafío, con muchos de los residentes más pobres viviendo en favelas o tugurios, y aunque en algunas partes las condiciones han mejorado, en otras continúan siendo espantosas.

Como en muchas ciudades latinoamericanas, la delincuencia ha sido un problema persistente, aunque en el caso de Sao Paulo, recientemente, el índice de asesinatos ha disminuido: en 2000 hubo 36 muertes por cada 100.000 personas mientras que el año pasado hubo 11.

Políticas complementarias

Según Paula Miraglia, directora ejecutiva del Instituto Latinoamericano de la ONU para la prevención del crimen, las razones de esa disminución son complejas e incluyen operaciones policiales, campañas para sacar armas de las calles, leyes más estrictas respecto al consumo de bebidas alcohólicas y hasta factores locales como el impacto de conversiones religiosas.

los habitantes de las áreas pobres no son delincuentes, quizás unos pocos, pero la mayoría es gente trabajadora. La policía tiene que saber cómo distinguirlos
Paula Miraglia, de la ONU
Miraglia resalta que las zonas en las que la policía y la comunidad trabajaron juntas son el mejor ejemplo del camino a seguir, pues la experiencia "le permite a los agentes ver que los habitantes de las áreas pobres no son delincuentes, quizás unos pocos, pero la mayoría es gente trabajadora".

"La policía tiene que saber cómo distinguirlos".

Es indudable que el reto para los urbanistas en todo el mundo es enorme.

Los políticos reunidos en Sao Pablo reiteran que muchos de los problemas requieren medidas urgentes, pero con la crisis económica, también es indudable que será más difícil conseguir los fondos para implementarlas.

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