sábado, 27 de diciembre de 2008

Mexicanos se van de EEUU De regreso a México

Todas las mañanas, Mercedes Vanegas saca a la calle cientos de cajas de zapatos y las coloca frente a su tienda en Ocampo, un pequeño pueblo de montaña en el corazón del estado de Michoacán.

Aunque estos días, se pregunta para qué se toma la molestia.

En vísperas de Navidad mucha gente pasa por allí -de camino a la plaza central- y mira de reojo las mercancías. Pero nadie se detiene a comprar. Mercedes le hecha la culpa a la economía estadounidense. "Casi toda la gente del interior, como la de este pueblo, tiene familiares en Estados Unidos", dice. "Pero ahora les envían menos dinero". A Mercedes le cuesta recordar cuándo le fue tan mal como ahora.

Ocampo es uno entre miles de pueblitos en México donde la ambición de muchos hombres -quizás de la mayoría- es ir a trabajar a EE.UU.

Caminando por entre sus calles verás a cientos de mujeres, pero casi a ningún hombre.

El flujo de inmigrantes es parte de un acuerdo tácito entre los dos países: la mano de obra va en dirección al norte y los dólares bajan hacia el sur.

Menos remesas, menos ventas

Las cifras oficiales confirman lo que Mercedes ya ha notado en su negocio de calzado. Este año, las remesas a México han caído cerca de un 12%.

 Casi toda la gente del interior, como la de este pueblo, tiene familiares en Estados Unidos. Pero les envían menos dinero 
Mercedes Vanegas, comerciante
Con un índice de desempleo que crece a pasos agigantados y la industria de la construcción en el estado de Florida atravesando un momento difícil, no resulta sorprendente que se esté enviando menos dinero a México.

¿Y como afectará esta situación a la economía mexicana, en un sentido más amplio?

Las remesas, después del petróleo y el turismo, son la tercera fuente de divisas extranjeras. Por lo tanto podemos asumir, lógicamente, que las consecuencias serán profundas.

Brecha

Carlos Rico, subsecretario de gobierno para América del Norte, está en desacuerdo.

Niño en Chiapas. Foto: gentileza de UNICEF
En México la brecha entre ricos y pobres es muy pronunciada.
"No nos confunda con aquellos países para los que las remesas representan un 25% del Producto Interno Bruto (PIB)", me dice mientras conversamos en su imponente oficina con vista panorámica a la ciudad de México.

A diferencia de muchos de sus vecinos que realmente dependen de las remesas -como Haití o incluso Cuba- México tiene una economía diversificada.

Los ingresos de las remesas, equivalen a menos del 3% del PIB del país.

Sin embargo, esta estadística no deja ver un dato importante: la gran brecha que existe en México entre ricos y pobres.

Un informe reciente de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sus siglas en inglés) colocó a México al final de una lista de 30 países desarrollados y en vías de desarrollo en términos de diferencia económicas. Aquí hay millones de personas, especialmente en la zonas rurales, que tienen sus esperanzas puestas en los familiares que viven fuera del país y les envían aunque sea un pocos dólares al mes.

De vuelta a casa

En la ciudad de Tuxpan, cerca de Ocampo, el tema preocupa a Leandro Álvarez, director de inmigración del consejo municipal de la ciudad. 

Leandro Álvarez
 Las remesas, creemos, han bajado al menos en un 20%. Todos los negocios pequeños se quejan de que las ventas han disminuido 
Leandro Álvarez, director de inmigración del consejo municipal de la ciudad

"Las remesas, creemos, han bajado al menos en un 20%", dice. "Todos los negocios pequeños se quejan de que las ventas han disminuido".

Álvarez está preocupado también por los otros efectos que puede provocar la crisis económica en EE.UU.

No sólo los inmigrantes envían menos dinero a lugares como Tuxpan, sino que muchos están abandonando el proyecto de quedarse en EE.UU. y están regresando.

En esta municipalidad, unas 42 familias han regresado en los últimos meses, un 20% de las que se fueron.

Para hacer frente a esta situación, el gobierno municipal de Tuxpan tiene pensado implementar varios esquemas para estimular la economía local.

Para el próximo año están previstas la reparación de varias carreteras y la limpieza del río. Pero Álvarez sabe que estos esquemas no harán desaparecer el problema fundamental que afecta al campo mexicano.

"La gente se fue porque no había suficiente trabajo", dice. "Y eso no ha cambiado".

El sueño americano

En las afueras de la ciudad, la familia García trata de acostumbrarse otra vez a vivir allí.

En la entrada de la casa está estacionada una motocicleta. Aún tiene la patente de Alabama.

 Si está mal allí, aquí va a ser mucho peor 
Señora García
Para ellos, el sueño americano no terminó directamente como resultado de la crisis económica de EE.UU., sino por el endurecimiento de las políticas destinadas a los inmigrantes indocumentados.

La señora García siente que por el bien de los nueve integrantes que componen su familia no quedaba otra opción que volver a México, pero teme que los problemas económicos de EE.UU. lleguen también a su país.

"Si está mal allí", dice, "aquí va a ser mucho peor".

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