viernes, 19 de diciembre de 2008

 

Operario de una planta de GM junto a un cartel que dice "Salven nuestros empleos"
Las compañías dicen que se perderían tres millones de empleos si colapsara la industria automotriz.
La Casa Blanca está considerando una bancarrota supervisada como posible salida para la crisis financiera que enfrentan Ford, Chrysler y General Motors, los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses.

La secretaria de Prensa, Dana Perino, explicó que aún se están analizando varios caminos alternativos para lidiar con el problema, pero que era inminente una decisión sobre este asunto.

"Hay un manera ordenada de irse a la quiebra que provee un aterrizaje suave... esa sería una de las opciones, aunque no estoy diciendo que eso será necesariamente lo que anunciemos", afirmó.

En tanto que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, dijo que ante el fracaso del Congreso en acordar un paquete de rescate, el presidente Bush desea evitar un colapso total de las compañías.

"Si la solución adecuada es la quiebra, entonces es mejor llegar a ella a través de un proceso administrado", concluyó.

No, no y parece que no

Las compañías habían solicitado inicialmente al gobierno unos US$34.000 millones en créditos blandos para mantenerse a flote, pero ni siquiera un acuerdo entre la Cámara de Representantes y la Casa Blanca por sólo US$14.000 millones logró superar las reticencias en el Senado.

 Hay un manera ordenada de irse a la quiebra que provee un aterrizaje suave... esa sería una de las opciones, aunque no estoy diciendo que eso será necesariamente lo que anunciemos. 
Dana Perino, secretaria de Prensa de la Casa Blanca
La última esperanza para las automotrices era que finalmente el gobierno decidiera asistirlos con una parte del fondo de rescate financiero de US$700.000 millones que fue aprobado para el salvataje de bancos y fondos de inversión.

Por eso, como señala Mark Gregory, corresponsal de Negocios de la BBC, estos últimos comentarios provenientes del gobierno estadounidense seguramente no dejan muy tranquilos a los "Tres Grandes de Detroit".

Chrysler ya dispuso el cierre de sus 30 plantas por un mes para ahorrar dinero, en tanto que Ford lo hará por tres semanas, mientras GM anunció un recorte del 30% de su producción en América del Norte.

Negociar la supervivencia

Según las leyes estadounidenses, hay una gran diferencia entre la bancarrota y la insolvencia.

George W. Bush
Bush dice que aún no ha tomado una decisión sobre qué camino tomar con las automotrices.
En el primer caso, las compañías pueden seguir operando mientras reorganizan sus finanzas negociando con los acreedores.

Pero la disciplina que impone una quiebra formal forzaría a las automotrices, a los acreedores y los sindicatos a aceptar las duras concesiones que tienen que hacer para la supervivencia a largo plazo.

Mientras que haberles simplemente prestado el dinero para cumplir sus obligaciones sacaría a las tres compañías del apuro sin tener que hacer mayores cambios.

Por lo pronto, el presidente George Bush comentó que aún no ha tomado una decisión sobre qué camino tomar, aunque la Casa Blanca indicó que la idea es no pasarle el problema al próximo gobierno.

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