Cuando se le pregunta a Fabiola Campomanes si se considera una sex simbol, la respuesta es todo menos precisa. Parece que el cuestionamiento la toma por sorpresa y lo primero que alcanza a contestar es un dubitativo “no”. Y es que las estadísticas demuestran todo lo contrario y aseguran que Fabiola es la fantasía de muchos mexicanos, lo que se corrobora con las ventas extraordinarias que han logrado las revistas en las que aparece con muy poca ropa en poses sugerentes.
Pero a la actriz, conductora y modelo, se le otorga una segunda oportunidad.
-¿En verdad no te consideras unasex simbol?
“Bueno, tal vez, pero es que las etiquetas no van conmigo, duran muy poco tiempo. Fabiola es mucho más que eso”, explica desafiante, tras lo que ejemplifica su versatilidad con su más reciente proyecto, la obra de teatro Somos, que se representa en el Teatro Ofelia, y en la que participa junto a Rafael Amaya, Vanessa Bauche, Roberto Sosa, Luis Fernando Peña y Ricardo Rojas.
“La neta creo que he hecho de todo y entonces no me puden encasillar y eso es muy divertido, porque me ven burlándome de mí misma y sin tenerle miedo al ridículo. De eso habla un poco la obra de teatro, de cinco personajes que de alguna manera están muy estereotipados, porque en la adolescencia se puede ser de una manera, pero quienes ponen las etiquetas son los adultos, eso está mal porqueno somos cosas. Las etiquetas limitan muchísimo pero yo me he atrevido a jugar y a tomar las oportunidades”, añadió la conductora de Wax.
Somos, dirigida por Ricardo Rojas, está basada en la película The Breakfast Club de John Hudges, rodada en 1985 y es un viaje al pasado emprendido por cinco seres humanos que tratan de entender su presente y reflexionar al respecto.
Fabiola adelantó que su personaje se llama Ana, la cual definió como “una chava fresa, superficial y frívola que interactúa con otros compañeros en un salón de clase luego de que el profesor les ha encargado una tarea especial.
“El teatro es mágico. De ahí nace todo y cada vez que hay funciones sucede algo irrepetible, siempre surgen cosas diferentes y hay oportunidad de probar cosas nuevas y eso es algo que no se puede hacer en televisión o en el cine. En el escenario se puede jugar más para sentir de inmediato la reacción del público y así
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