miércoles, 3 de diciembre de 2008

el fiscal que renuncio de guantanamo

Los tribunales utilizados para juzgar a los sospechosos de terrorismo en la Bahía de Guantánamo son "una mancha en la historia del ejército estadounidense", le dijo a la BBC un ex fiscal militar, en su primera entrevista desde que abandonó el cargo.

Al Teniente Coronel Darrel Vandeveld, católico devoto, la contradicción entre su fe religiosa y el deber militar le provocó una profunda crisis moral.

Su dimisión hizo que se desestimaran los cargos contra seis prisioneros -al menos por el momento- y que se pusiera en cuestionamiento la posibilidad de llevar a cabo un juicio justo en Guantánamo.

"Conozco a tantos hombres y mujeres valientes cuyas reputaciones han quedado mancilladas por Guantánamo, por eso estoy aquí para decir la verdad sobre ese lugar y cómo unas pocas personas han ensuciado al ejército estadounidense y a la Constitución", me dijo durante una entrevista en Erie, Pensilvania, su ciudad natal.

Fui allí con una misión y mi misión era condenar a la mayor cantidad de detenidos posibles y enviarlos a prisión por el mayor tiempo posible
Darrel Vandeveld
Darrel Vandeveld, reservista, fue convocado como abogado militar después de los atentados del 11 de septiembre y sirvió en Irak, Bosnia y África.

En 2007 se convirtió en fiscal de las comisiones militares establecidas en la Bahía de Guantánamo para juzgar a los sospechosos de terrorismo, rol que asumió con gran entusiasmo.

"Fui allí con una misión y mi misión era condenar a la mayor cantidad de detenidos posibles y enviarlos a prisión por el mayor tiempo posible", le dijo a la BBC.

"No tenía ninguna duda. Era un creyente ferviente".

Pero su fervor no duró mucho.

Cuando llegó, me dijo, encontró la oficina del Fiscal en un estado caótico, con cajas desparramadas por el suelo, carpetas por todas partes, documentos con evidencia esparcida por aquí y por allí y muy poca claridad respecto a la cadena de mando.

Muy pronto descubrió también que los abogados defensores no estaban recibiendo información que podría ayudar a establecer la inocencia de sus clientes, incluyendo evidencia de que los sospechosos habían sido víctimas de "malos tratos" para extraerles una confesión.

Maltratos

Fue un caso en particular, el de un joven afgano llamado Mohammed Jawad, el que más le preocupó.

Jawad estaba acusado de lanzar una granada contra un vehículo militar estadounidense.

Vandeveld dijo que encontró en un armario pruebas irrefutables de que Jawad había sido maltratado.

Prisión de Guantánamo
Al llegar a Guantánamo Vandeveld descubrió que la situación era caótica.
Luego de que Jawad tratase de suicidarse golpeándose la cabeza contra una pared en la prisión, Vandeveld dijo que los psicólogos que asistían a los interrogadores les sugirieron aprovecharse de la vulnerabilidad de Jawad sometiéndolo a una serie de técnicas especializadas de interrogación conocidas como "fear up" (atemorizar al detenido).

Jawad también fue sometido -agregó Vandeveld- a un programa conocido como "pasajero frecuente", por el cual se traslada al prisionero de celda cada pocas horas para que no pueda dormir y eventualmente confiese.

Siendo un católico devoto, Vandeveld se quedó intranquilo con este descubrimiento.

Pero dadas las características de su trabajo, no podía compartir sus crecientes dudas con sus amigos y familiares.

Ayuda

Fue así que tomó la iniciativa -poco común- de enviarle un correo electrónico al Padre John Dear, un cura jesuita y reconocido activista por la paz, en el que Vandeveld relató sus "serias dudas".

En un principio, el Padre Dear no sabía si el correo era en serio con lo cual le respondió muy brevemente.

Me tomó mucho tiempo reconocer que habíamos abandonando nuestros valores estadounidenses y profanado nuestra Constitución
Darrel Vandeveld
"Como que no le creí. Pero por si de verdad se trataba de un fiscal militar le escribí diciendo 'abandona'".

Vandeveld me dijo que se quedó con la boca abierta cuando lo leyó y agregó "temía recibir esa respuesta".

Eventualmente dimitió y eligió hablar sobre lo que vio, otorgándole a la BBC su primera entrevista.

"No había sentido esa angustia por algo en toda mi vida", dice reflexionando sobre su tiempo en Guantánamo.

"Me tomó mucho tiempo reconocer que habíamos abandonando nuestros valores estadounidenses y profanado nuestra Constitución".

Elogios

Vandeveld estaba a cargo de seis casos, incluido el de Binyam Mohamed, el último residente británico en Guantánamo.

Después de su dimisión, se desestimaron los cargos contra los acusados pero dejando la puerta abierta para reabrir los procesos en cualquier momento.

Prisión de Guantánamo
Tras la dimisión de Vandeveld los cargos contra seis detenidos fueron desestimados.
Vandeveld se negó a discutir los detalles del caso de Mohamed y de otros detenidos.

Los abogados de Binyam Mohamed aseguran que éste fue torturado como parte del programa de "extraordinary renditions" o transferencias clandestinas de sospechosos a otros países para ser interrogados, y esperan que ya no se le presenten cargos, argumentando que durante el juicio se podrían revelar demasiados detalles de las transferencias clandestinas.

Tras expresar sus preocupaciones Vandeveld fue sometido a un examen para evaluar su estado mental y su carrera militar llegó a su fin.

Vandeveld regresó a su comunidad en Erie donde la prensa local elogió su actuación y él no se arrepiente de su decisión.

En respuesta a sus declaraciones, un portavoz del Pentágono le dijo a la BBC: "Cuestionamos las aseveraciones de Darrel Vandeveld y mantenemos que los procesos de las comisiones militares brindan un juicio completo y justo a los combatientes enemigos acusados de una variedad de crímenes de guerra".

El presidente electo Barack Obama ha dicho que quiere cerrar Guantánamo, pero nadie cree que será fácil. No obstante, Vandeveld cree es posible.

"No habrá justicia en Guantánamo", me dijo. "Y si eso implica trasladarlos (a los sospechosos) temporalmente a EE.UU. para ser juzgados, que así sea".

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