Poco después, el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, pidió no olvidar que la actual crisis financiera se producía cuando las preocupaciones sobre abastecimientos de alimentos y energía, que ensombrecieron la economía mundial a comienzos del año, todavía no se han disipado.
Indicó que 28 países, principalmente en el Africa, eran "altamente vulnerables en el campo fiscal" y que otros 44 millones de personas sufrirán de malnutrición este año como resultado de los altos precios de los alimentos.
"No podemos permitir que una crisis financiera se convierta en crisis humana", dijo.
Strauss-Kahn pronosticó que la economía mundial empezaría a aliviarse de sus actuales presiones "en la segunda mitad del próximo año" y que aun cuando la recuperación será lenta, en estos días "es un mensaje de esperanza".
"En 2009, el crecimiento provendrá mayormente de las economías de mercados emergentes", agregó. "Pero, al mismo tiempo, los mercados emergentes han empezado a verse afectados por la situación".
Esos efectos se estaban reflejando en recortes de líneas de crédito, especialmente créditos de comercio, por lo que el FMI ha activado el miércoles "procedimientos de emergencia" para responder a las necesidades de sus miembros.
Según Zoellick, la actual turbulencia puede traer momentos difíciles para los países en desarrollo, donde era previsible una baja en las exportaciones que a su vez llevaría a una caída en las inversiones.
"El deterioro de las condiciones financieras, combinado con ajustes monetarios, producirá fracasos empresariales y posiblemente emergencias bancarias", afirmó. "Algunos países caerán incluso en una crisis de balanza de pagos".
Strauss-Kahn dijo que la actual era una situación que nunca antes ha pasado, pero de crisis financieras que se parecían a ésta, aunque más regionales, como la del Asia y Latinoamérica, "se pueden sacar cuatro principios" que resultarían aplicables a la actual turbulencia.
El primero se refiere a la necesidad de los estados de fijarse "objetivos claros y una supervisión efectiva" en el uso de los fondos públicos; el segundo a que los planes deben ser "amplios" e incluir proporcionar liquidez desde los bancos centrales, dar garantías a los depositantes, encarar la realidad de los bienes afectados y "quizás el más importante, recapitalizar las instituciones financieras".
El economista de origen francés dijo que el tercer principio se refiere a que "la acción debe ser coordinada a nivel global y regional" porque no había una solución nacional a una crisis como esta; y el cuarto se refiere a la capacidad de los contribuyentes de compartir riesgos inherentes derivados de la crisis.
El FMI ha calculado ya las pérdidas de la crisis en 1,4 billones de dólares (trillones en el sistema inglés)
No hay comentarios:
Publicar un comentario